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miércoles, 10 de marzo de 2010

Tecnología o ciencia

Todos tenemos en casa un alto nivel en tecnología (televisores, teléfonos móviles, Internet, y un largo etcétera de cachivaches más o menos caros), y nuestro comportamiento ante estas maravillas se reduce a apretar el botón y ver los resultados. Incluso somos capaces de menospreciarlos si fallan por un instante o si se reduce sensiblemente su velocidad de uso. A veces pienso en aquel hombre, Eratóstenes, que clavando un palito en el suelo calculó con elevada exactitud la circunferencia terrestre. Más de dos mil años después no creo que nosotros seamos mucho más inteligentes, ni siquiera con esta tecnología de hoy que nos permite comunicarnos instantáneamente, curar enfermedades antes mortales, o movernos por tierra, mar o aire, a altas velocidades impensables en aquella época. Seremos más listos, sabremos más cosas, pero no somos más inteligentes. Si Eratóstenes pudiera visitarnos seguro que su primera reacción sería la de encontrarse ante la más poderosa de las magias, aunque después de un extenso estudio no solo comprendería estos portentos, si no que estoy convencido que le añadiría mejoras. Muy poca gente conocemos los fundamentos de ésta tecnología, manejamos complicados aparatos con pasmosa naturalidad, sin pararnos a pensar el porqué de las cosas. Eratóstenes y sus contemporáneos eran observadores natos, como Arquímedes, que en vez de maldecir el derrame de la bañera enunció su famoso teorema. En el valle paralelo al nuestro, el Tera, un señor totalmente ajeno a la albañilería construyó un horno de pan, de barro, por supuesto, pero cocido y de una sola pieza. No resulta fácil imaginarse el proceso, dado el tamaño, forma, el consiguiente peso y la instalación al lado de la cocina de leña para su posterior uso. Pues bien, aquel albañil neófito después de preparar la superficie donde iría el horno comenzó a colocar paja seca compactada hasta darle la forma esférica. Luego fue aplicando encima el barro en una capa uniforme dándole forma también a la boca. Al cabo de unos días de secado, prendió fuego a la paja quedando el horno perfectamente cocido y listo para el uso. Sencillamente genial. Algunas construcciones tienen detalles poco menos que inexplicables. Vemos por ejemplo en nuestra iglesia o en el castillo, piedras de varios cientos de kilos a decenas de metros de altura, perfectamente asentadas, aplomadas y alineadas. Si mover a mano una piedra de ese tamaño en el suelo es una labor que hay que pensar dos veces, no me puedo imaginar hacerlo a mucha altura, con rudimentarias herramientas, y con un resultado tan satisfactorio. Pura brujería. Son tantas las maravillas que heredamos, construidas sin más medios que la fuerza y la astucia, la imaginación y la perseverancia, que nuestro actual mundo de “más rápido, mejor precio” deja mucho que desear. Una pena.

2 comentarios:

  1. hola juaquin.

    ya que hablas de herencias...un viejo probervio indio dice...lo que tienes no es de herencia para tus hijos, sino un prestamo de ellos hacia ti.

    Uno de los problemas del ser humano es que no valora la sencillez y busca la grandilocuencia. En esa busqueda de grandeza se pierde se perdio. Las normas de ahora dictan que hay que triunfar, luchar,conseguir, rivalizar, y no importa como ni lo que hagas siempre que el fin justifique los medios.
    Grave error y que ni el triunfo, ni el poder, ni la lucha, ni las posibles pertenencias sirven para pacificar la existencia de cada individuo, sino que la tensiona cada vez mas y mas, ya que si tiene poder quiere mantenerlo y aumentarlo. Para mantener poder es imprecindible el daño, ya que no se puede conseguir poder sin daño. Para que exista ese poder es imprescindible cierto grado de esclavitud. Eso quiere decir que existe perdida de libertad en el grado que sea tambien. Nadie que tenga mermada su posibilidad de libertad es mas feliz que otro que la tenga, eso es indiscutible y facil de comprender.
    Todo esto simplemente es una introducción para compreder que en tu exposición hacia el antes y el ahora, es que contra mas va pasando el tiempo en abandonos personales del ser humano en la existencia que tiene mas aumenta la desunión con la vida. Por tanto no se valora lo sencillo, y se busca segun creencia triunfar ¿en que? El triunfo es la propia vida ¿que mas se necesita que la vida?
    Una gran dosis de hipocresia existe en el ser humano que desprecia lo sencillo buscando la grandilocuencia. Pues bien, nada grande se hizo ni se hace si no es desde la minima manifestación de lo posible. La propia naturaleza , tierra, está llena de mensajes que pasan desapercibidos porque se busca lo grande, Somos capaces de dar una patada por cualquier camino que caminemos a una semilla que nos encontremos en nuestro camino, sin valorar siqquiera que de ella nace lo que en grade se convierte. Nada baladi el tema. Pero aquel que no está dispuesto a cambiar su roll, negara y se negar siempre la posibilidad de valorar la semilla sin pensar el beneficiarse de lo grande que diese. Y simplemente el hecho de valorar la semilla sin pensar en beneficarse por el fruto que diese, entonces desde ahí, surgirian las conexiones con la vida, abandonadas, para darnos cuenta de que es posible reconocer con un simple palo clavado la dimension de esta tierra...por ejemplo.

    un honesto abrazo juaquin desde busto vela

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  2. Mi querido amigo... grandes y sabias palabras las tuyas, yo solo quiero añadir, si tu me permites, un viejo refrán; "el que más tiene es el que con menos se conforma", por eso admiro y aliento vuestro proyecto, y dicho sea de paso, cochina envidia me dais. Un saludo y aquí tenéis un amigo.

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