eltijoaquin@hotmail.com - facebook.com/El Ti Joaquin

domingo, 20 de septiembre de 2015

Soy Pendonero.


Soy marinero de un barco,
que no zarandean los mares;
sereno, surca lugares
de un reino casi olvidado.

Llevo mástiles tallados,
y sus velas de colores,
en lo alto cruces y flores,
remos y cueros herrados.

Nunca navego holgado,
pescando siempre me vieres;
amigos llenan mis redes…
en otras voy enganchado.

Viajo con el rostro alzado,
tan feliz como imagines,
llegando hasta los confines
orgulloso y con agrado.

Siento en la sangre un legado,
amalgama de costumbres;
mientras las fuerzas vislumbre,
soy Pendonero, está claro.

-ETJ-







miércoles, 16 de septiembre de 2015

Honores al Sagrado Corazón de Valdavido.




El llamado Cristo de Valdavido, es una estatua del Sagrado Corazón de Jesús, con una altura superior a los 8 metros  y un peso de unas 20 toneladas. Su emplazamiento es lo que parece la torre del homenaje, convertida en pedestal, del Castillo del Conde de Peña Ramiro, situado en el término municipal de Truchas, en la Cabrera Alta. La pequeña fortaleza, de unos 800 metros cuadrados y de forma casi triangular, cuenta en sus inmediaciones con restos de otra torre, que llaman Malvecino. En sus esquinas podemos ver restos de un pequeño edificio cuadrangular, un altar sobre lo que dicen fue un cubo y excavado en la peña un pozo, todo el conjunto amurallado a casi 300 metros sobre el nivel de la carretera que discurre a los pies del alargado risco rocoso llamado El Castillo, que parece emerger de las límpidas aguas del río Truchillas para estrellarse en el cielo cabreirés. La estatua es obra del arquitecto Vicente Larrea, concebida en sus talleres bilbaínos en 1957 pero erguida años más tarde e inaugurada el 5 de septiembre de 1965, y sufragada con donativos de particulares.


Le preguntaron a un equipo formado por dos arquitectos, después de haber hecho un estudio arquitectónico y arqueológico por encargo de la Consejería de Cultura y turismo, sobre el Castillo del Conde de Peña Ramiro y su único residente. Sus conclusiones quedaron claras: “la mejor opción es desmontar la imagen, por resultar inapropiada, más que dañina”. Según estos expertos, hay que desahuciar al Señor del Castillo porque hace feo. No sabían, embebidos en la frialdad numérica y cerebral, que no se debe morder la mano de quien te da de comer; si se necesitó un estudio es precisamente pensando en el bienestar del inquilino, que muros de piedra los hay por todos los lados, y nadie suspira por ellos. A modo de ejemplo, y a pocos kilómetros de allí, en Castrocalbón, conozco otro “castillo”, con milenio y pico más de antigüedad, al que accedieron derruyendo la muralla con maquinaria pesada para plantar en su patio un nido de cigüeña, y a nadie le ha preocupado ningún estudio. A lo mejor es que el nido subido en el poste de tendido eléctrico no hace feo. Ojalá, en su lugar hubiesen plantado otra imagen, otro Cristo, una Virgen, un pastor, una madre con su retoño, un artesano… para que las murallas necesitaran atención y estudios, y llovieran críticas, a favor y en contra, y llegaran visitas, y… entonces diríamos el “ladran, Sancho, señal de que cabalgamos”. Quizás cada asentamiento perdido en el monte, desde hace 50 años necesitara un inquilino; ni el asentamiento estaría perdido, ni nuestra tierra tan olvidada.


Le pregunté a algunos lugareños, de Valdevido, de Truchas, de La Cuesta,… y casi por unanimidad quieren seguir rindiendo pleitesía a su señor, que nada le pide, apenas unas paletadas de mortero para que los muros sigan teniéndose en pie. Gustan de saludar al gigante de piedra al llegar a sus hogares, y le encomiendan protección al marchar. A nadie le parece feo, al contrario, piensan que embellece el aparentemente inaccesible fortín. Más feos me parecen los cientos de aerogeneradores que destrozan estéticamente nuestras sierras, y nadie habla de desmontarlos por inapropiados. Siguiendo con los ejemplos, y también a pocos kilómetros de allí, en Villageriz, plantaron uno de ellos en medio de un castro prerrománico. Al menos con un Cristo había un estudio arquitectónico y arqueológico, y se hubiesen restaurado sus toscas murallas, limpiado los accesos y visto en los medios de divulgación. Pero no, aquí los expertos duermen, la chatarra campa a sus anchas y con tanto “molino” la electricidad se encarece como por arte de birlibirloque.

A mi nadie me ha preguntado, pero como amante del terruño, de sus cosas y tradiciones, he sentido la necesidad de dejar mi opinión. Sin duda llamaría a la sensatez, y a la protección de un conjunto atractivo y elegante. No justifico en absoluto las obras de hace 50 años, como no me parecen razonables otras que no sean de refuerzo y consolidación de este icono cabreirés. Apelo al pensar y sentir de la mayoría de las gentes de la comarca para que nunca falte por donde subir a visitar, lo más cómodamente posible en atención al máximo público, a esta atalaya al cielo de la Cabrera. Habrá quien llegue por curiosidad, quien lo haga por culto, otros vendrán por senderismo, y tampoco faltarán los amantes de la arqueología. También alguien parará en la carretera para observar la imponencia de la estatua, y quienes pasen de largo maldiciendo, víctimas de su complejo religioso; será lo que llaman diversidad de opinión, para lo que necesitan las mismas dosis de tolerancia.

Por iniciativa de un grupo de cabreireses, orgullosos del castillo y su morador, este domingo 13 de septiembre, se organizó un ascenso, un asalto al estilo de los viejos tiempos. Pero las armas no eran violentas y sangrantes, esta vez las hordas subimos con alegría, en son de paz. No faltaron las enseñas y Pendones, también como antaño, a las que me he unido en el reto de convertir por segunda vez el desafío al viento y a la pendiente, en quien sabe si preludio de muchos más y de frecuencia anual. Tampoco faltó la oración, en forma de misa campera, dando sentido a la costumbre, a la imagen religiosa, y al modesto altar levantado hace 50 años para tal efecto. Y el testimonio de Gloria Teresa, quien aquel lejano 5 de septiembre de 1965, siendo niña, recitó una poesía en la inauguración, y de nuevo nos brindó sus palabras. No faltó tampoco la comida de hermandad en La Llama de Truchas, ni la música y los bailes correspondientes, ni una pequeña exhibición pendonera… me ha gustado esta fiesta, y me gustaría volver.

Y si le preguntáramos al Sagrado Corazón, suponiendo que las piedras pudieran hablar, a buen seguro que se vería orgulloso de sus vasallos. Gentes de todas las edades y pueblos, muchas repitiendo la visita de hace 5 décadas, unidas en un acto traicionado en el último momento por una pequeña, pero fría lluvia. Le llaman “faro”, y puede que ninguna luz cueste menos e ilumine más la Cabrera Alta que este Señor coronando su Castillo, un símbolo de confraternidad de esos que tan escasos estamos. Sin duda, ha sido un placer haber llegado a sus pies.
































P.D.- Relación de pueblos y Pendones participantes en el II reto de subida al Sagrado Corazón (Perdón, seguro que me olvido de alguno): Baillo, Bodegueros, Cunas, Genestacio, La Cuesta, La Bañeza, La Milla del Páramo, Miñambres, Palacios de la Valduerna, Poza de la Vega con la vara del Santuario Virgen del Campo de Vidriales, Quintanilla de Yuso, San Román de la Vega, Santa Catalina de Somoza, Torneros de la Valdería, Truchillas, Valdavido, Villar del Monte, Villarabines y Corporales en la exhibición. Y también mención para los pendoneros venidos de otros pueblos para ayudar con su destreza y soltura con estos Pendones a superar el recorrido. Para muestra, el Pendón de Villar del Monte llegó sin gente, solo Natividad Villoldo y su acompañante, ambos de avanzada edad. Rápidamente se reunió un grupo, formado por Álvaro, de Turienzo Castañero; Gelo, de Sopeña y Carneros; Saúl, de Castrocalbón; Javier, de Fuente Encalada; Jose, de Alija del Infantado; Cesáreo, de Felechares de la Valdería, y el que suscribe, de Ayoó de Vidriales, a quienes nos concedieron el honor de vestir y llevar su enseña hasta la meta. Este es el auténtico espíritu pendonero. Y a por la siguiente, que será en… ¿Castrotierra?

II reto conseguido, foto de Émily


De la página de Pendoneros de León:



Del canal de YouTube de Juan, Pendones en.

https://www.youtube.com/watch?v=DBDW6LDIVcs

Artículos de interés:






Encuesta de interés:

http://www.elcabreires.com/encuestas

El Sagrado Corazón a vista de dron:
(Javier Fernández Lozano)




Homilía de la misa de inauguración de la estatua del Sagrado Corazón sobre el castillo de Valdavido, Truchas (León) el 5 de septiembre de 1965. (ElCabreirés.com)




martes, 1 de septiembre de 2015

Virgen del Campo 2015, mi resumen.









Nació alta y esbelta, para ser libre de viajar, con el cargo aprendido de nuestra mejor embajadora por toda la vecindad y más allá. Acabamos de celebrar el primer aniversario de su puesta de largo, y para tan señalada fecha ha vuelto a casa vestida con sus sedas color de cielo, calurosamente arropada por sus nobles y distinguidas hermanas, para honrar de nuevo al valle que representa y enaltece en su periplo comarcal. Porque allá donde va, la he oído decir - “soy vidrialesa, zamorana, y mi Dueña y Señora es la Virgen del Campo”. Personalmente la he acompañado por La Bañeza y sus tierras regadas por el Órbigo, por la vecina Valdería, por el valle del Duerna, también visitando su otro hogar en Castrotierra, por el valle del pequeño Jamuz, por tierras palentinas donde encontró tan buena gente, o por la maragatería, al ritmo del “que te rompo un pié”. ¡Cuantos amigos, solicitando amistad y compañía, cuanta hermandad!

Campanas y Pendones llamaron a fiesta de nuevo en Vidriales en torno a su céntrico santuario. Día soleado, con la brisa adecuada para refresco de romeros y agitar de paños. Ya a media mañana la pequeña iglesia de Carracedo se encontró desbordada por los ires y venires de visitantes, folclóricos y pendoneros, y por cuantos querían acompañar al patrón del valle, San Lucas del Espíritu Santo, y a sus estandartes hacia un esperado y emotivo encuentro. Un agradecido refrigerio gestionado por la Cofradía, las primeras músicas y bailes, e iniciamos la marcha.

Pequeña parada en el pueblo de San Pedro de la Viña, para dar un salto que se nos hizo tan corto como agradable bajo el mítico y enigmático “Castro”, y hacia la una allí estaba, esperándonos, la que sería una anfitriona generosa y amable. Tras el saludo entre patronos, la procesión por el camino que tantas generaciones de romeros recorrieron con fe y respeto. Y misa solemne, y cánticos de gloria, donde antaño los jornaleros que partían a tierra de Campos venían a solicitar tutela y protección para el duro verano lejos del hogar. Caminando por la pradera donde hasta no hace tanto se mercaba el ganado, o lo necesario para reponer ajuares, despensas o aperos. Renovando tiempos de encuentros de mocedad, de escaramuzas y besos robados. Recordando los años de niñez internada en la preceptoría, adquiriendo los conocimientos que dieron solidez a tantas ilustres vidas… Solo es necesario cerrar los ojos para respirar el acervo heredado y casi perdido de Vidriales, y que vuelve a flote de forma natural.

Sábado 29 de agosto, final de solemne novena; recordando a Santa Teresa de Jesús y dedicada a todos los pueblos del valle. Cada ejercicio diario dirigido por D. Vicente Miguelez, P. Carlos Cristóbal, D. Miguel Hernández, D. Víctor Manuel Murias, D. Pedro Aparicio, D. Pedro Centeno, D. Aurelio Miguélez, D. José María Francisco Vecillas, y por D. Ricardo Fuertes. Y sábado, II desfile de Pendones por el Valle Vidriales, participando los pueblos de Alija del Infantado, Calzada de la Valdería, Castrocalbón, Genestacio, Jimenez de Jamuz, La Bañeza, Palacios de la Valduerna, Quintana del Marco, San Esteban de Nogales, Santa Catalina de Somoza, Santa Cristina de la Polvorosa… y grandes pendoneros venidos de Poza de la Vega, Sopeña y Carneros, Castrotierra, Santa Elena de Jamuz, Soto de la Vega, etc,… más de 300 entusiastas reunidos para aportar colorido y distinción a un acontecimiento único y ya imprescindible en la comarca del Almucera.

Terminó la fiesta, dicen que con satisfacción; es hora de recoger. Ella descansa y espera, pronto la vendrán a buscar. Creo que para Benavente y los Valles, al pueblo de Maire de Castroponce, iniciando el recorrido en el puente de la Vizana, en la Vía de la Plata. Allá iremos, Dios mediante, para crear o continuar lazos de afecto. Algunos días antes, alguien vendrá a buscarla, otros saldremos a despedirla. Vara del Pendón de la Virgen del Campo, te esperaremos en Vidriales cada último sábado de agosto, como comienza a ser tradición. Mientras tanto seguiremos tus pasos con fidelidad; lo tenemos prometido.





















De la página amiga Pendoneros de León: